Cuando pasás del ocio a la rutina, el cambio cuesta, es normal, y solemos entrar en crisis por haber "tirado todo por la borda".

No sentir culpas, ni preocuparse por demás. Con ésta premisa, podremos hacer a un lado la queja y entrar en acción.

Te recomendamos:

- Siempre la constancia a largo plazo supera la intensidad a corto plazo, por eso debemos evitar "las dietas milagro".

- Evitar aquellos alimentos que seguramente fueron un recurso fácil, rápido y cómodo en las vacaciones: helados, rjugos, gaseosas, snacks, galletitas, productos de panadería y comida rápida como pizza y empanadas.

- Hacer un día de corte y desintoxicación siempre ayuda. Ese día, podemos comer 3 frutas, acompañar con vegetales el almuerzo y la cena con carnes blancas como pollo o pescado, huevos o queso descremado y tomar mucho líquido. 

- Pautar horarios para las diferentes comidas del día y organizar las compras (seguramente la heladera esté vacía) para poder planificar luego, un menú semanal con alimentos saludables.

- Si venías entrenando y cortaste en vacaciones, o querés comenzar a realizar alguna actividad física, tenés que retomar de manera progesiva, no se puede solucionar en una semana los desarreglos de las vacaciones, por eso es importante elegir una actividad que te guste así resulta más fácil continuarla el resto del año y elegí los horarios en los que no hace tanto calor (temprano en la manana o cuando baja el sol).

- La hidratacion no debe faltar antes, durante y después de la actividad física. ¡No esperes a tener sed porque ya estás deshidratado!

-Lo más importante siempre es CUIDAR LA SALUD.

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Lic. Nadia Hrycyk. MN 5430