El yogurt contiene probióticos que son microorganismos que se le agregan a la leche, mejorando la consistencia y también la digestibilidad de la misma.

Estas bacterias saludables se encargan de descomponer la lactosa y éste proceso genera que se tolere y se digiera mucho mejor el yogur que la leche, inclusive en personas intolerantes a la lactosa.

Los microorganismos sobreviven a la digestión normal y llegan al colon, con múltiples beneficios para la salud:

• Las bacterias presentes en el yogurt, actúan en el sistema inmune y mantienen un intestino saludable, previenen el cáncer de colon, a través de cambios positivos en la flora intestinal, también ayudan en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias intestinales y en los procesos de eliminación de desechos del organismo, evitando la constipación.
• Genera saciedad porque aporta proteínas de buena calidad, necesarias para la reparación, mantenimiento y crecimiento del músculo.
• Aporta pocas calorías si seleccionamos la versión descremada por tener un bajo porcentaje de grasa y colesterol.
• Su consumo es recomendado tanto antes como después de hacer deporte porque se digiere fácilmente. Antes, proporciona energía necesaria y después, es un aliado para la recuperación, aporta carbohidratos para reponer las reservas de glucógeno y aporta proteínas para la reparación de los músculos post ejercicio.
• Es fuente de calcio para mejorar la salud ósea, evitar la osteopenia y la osteoporosis. Este mineral junto con el magnesio, optimizan la contracción muscular.
• Se recomienda consumir yogur durante y después de tratamientos con antibióticos porque  protege  y recupera al intestino restableciendo la flora bacteriana benéfica y disminuye los síntomas agresivos que generan las bacterias causantes de las infecciones, ya que los antibióticos atacan las bacterias dañinas y eliminan también las positivas.

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Lic. Nadia Hrycyk. Nutricionista. MN 5430