Los principales problemas son:   

• Pérdida de líquido: las dietas milagrosas generan una deshidratación para crear una falsa sensación de pérdida de peso, ya que tarde o temprano esa agua se recuperará cuando volvamos a una normalidad. Esto repercute a nivel cardiovascular y renal produciendo una baja la tensión arterial.
• Cansancio crónico: como resultado se produce una disminución del rendimiento, lo que nos lleva a que estemos constantemente cansados con fatiga crónica es uno de los primeros síntomas de que estamos haciendo un mal descenso de peso.
• Enlentecimiento del metabolismo: quemamos menos calorías porque se afecta el sistema nervioso, las grandes pérdidas de peso activan un sistema en el cual nos volvemos ahorradores de energía produciendo una disminución en nuestro metabolismo. El hipotálamo, centro regulador de funciones como el apetito, el sueño o las emociones también se verá alterado.
• Pérdida de músculo: pueden generarse lesiones por la pérdida de músculo y masa ósea, debilitándolas, como resultado aumenta las probabilidades de lesionarnos cuando hacemos deporte.

El cuerpo tiene que adaptarse paulatinamente a la pérdida de peso, solo así se logrará mantener el peso alcanzado.

Un descenso saludable se logra mejorando nuestros hábitos alimentarios, acompañado de ejercicio físico. La constancia de una buena alimentación y actividad física es lo que permite ver un cuerpo armónico y saludable, diciendo adiós para siempre a esos kilos de más que afectan a nuestra salud.

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Lic. Mariana Silvestro M.N.5843

Lic. Nadia Hrycyk M.N.5430