Los omega 3 y 6 son ácidos grasos poliinsaturados, componentes básicos de las grasas. Son denominados esenciales porque el propio cuerpo no puede sintetizarlos. Esto hace que sea necesario ingerirlos a través de una alimentación adecuada.

Su consumo reduce los niveles en sangre de triglicéridos y de colesterol,  no solo la cantidad de colesterol malo (LDL), sino que también eleva discretamente el HDL o colesterol bueno. También disminuye el daño isquémico consecutivo al ataque cardiaco y accidente cerebro vascular por reducir la viscosidad de la sangre y la presión arterial.

Lo podemos encontrar en altas concentraciones en los pescados grasos: caballa, salmón, arenque, atún, sardina, y en menor proporción en semillas y aceites vegetales como lino, soja, maíz, girasol, y  frutas secas como las nueces.

Para prevenir este tipo de afecciones se recomienda el consumo diario de aceites vegetales, semillas y al menos dos veces por semana consumir pescados grasos.

Si logramos incorporar este grupo de alimentos con dicha frecuencia, no sería necesario el aporte de suplementación para llegar a la dosis recomendada.

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Lic. Nadia Hrycyk. MN 5430