Cuántas veces hemos dicho “el lunes comienzo la dieta” o frases relacionadas y no llegamos a concretarla. El resultado de esto es que postergamos nuestra salud, llenándonos de excusas  para tranquilizarnos y continuar con conductas poco saludables.

Las excusas que engordan son:

1) Cada vez que comienzo una "dieta" bajo muy rápido de peso, pero después lo vuelvo a subir.

2) La primera semana estoy muy enfocada y después se me hace difícil seguirlo.

3) Me pongo de muy mal humor.

4) Soy una persona muy social y salgo a comer seguido afuera, por lo que no puedo seguir una buena alimentación.

5) trabajo mucho durante el día y tengo poco tiempo para comer y seguir la dieta.

Estas excusas terminan por engordar nuestro modelo mental, nuestro sistema de pensamientos, nuestra manera particular de ver lo que sucede a nuestro alrededor. Es por esto que necesitamos ejecutar un plan alimentario y no una dieta, una alimentación que contemple nuestros gustos, horarios y demandas para que los cambios producidos sean sostenibles en el tiempo y de esa manera no estemos fluctuando en el peso, sentirnos mal alimentados, cansados, irritables entre otros síntomas.

Las excusas nos paralizan, nos alejan de nuestras metas o de la posibilidad de alcanzar la mejor versión de nosotros mismos, nos hacen olvidar de que no podemos obtener resultados diferentes si siempre hacemos lo mismo, y nos llevan a justificar y reforzar malos hábitos

¿Qué tal entonces si nos proponemos un cambio en la manera de plantear nuestros objetivos? Buscando la mejor manera de incorporar hábitos saludables que favorezcan nuestra salud.

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Lic. Mariana Silvestro, Nutricionista. MN 5843

Lic. Nadia Hrycyk, Nutricionista. MN 5430